Más allá de las etiquetas

Cuando me preguntan quién soy me es muy difícil encasillarme. En el fondo creo que cuanto más te definís en una cosa, menos libertad tenés para desenvolverte en otras. Soy una convencida de que la vida es la suma de muchas experiencias y el desafío está en dejarte experimentarlas todas con mucha intensidad.

Aún así, acá va mi humilde presentación: Soy Florr. Soy abogada. Soy Atleta. Soy CM e influencer. Soy Personal Trainer. Creo que soy más de una Florencia a la vez y, al mismo tiempo, todas juntas.

Cuando en el gimnasio digo que soy abogada, se me quedan mirando anonadados. Sí, soy disruptiva en ese mundo. De hecho, me falta la tesis para magistrarme en Derecho y Tecnología y sé programar, diseñar, usar IA… Así, con esa misma cara que tenés vos ahora es con la que se me quedan mirando.

Más si estoy rodeada de fierros y más si me escuchan hablar. Puedo ser la hija no reconocida de Hugo Moyano (y comer como él también).

Nadie suele entender cómo conviven la abogada y la atleta en el mismo cuerpo. Es casi como si me obligaran a elegir un sólo personaje porque las personas tendemos a encasillar. Yo misma tuve ese conflicto.

Recuerdo que hace no muchos meses tuve una sesión de coaching con Estefi, estaba caminando por Mar del Playa y hablamos justamente de esto. Mirá lo que me anotó ese día:

“Comentaste que te surgió que estabas teniendo 'un mal enfoque', que en realidad no es que quieras fracasar, sino que querés buscar el equilibrio, ser flexible entre todas tus versiones (abogada, social, atleta).”

Encontrar el equilibrio. De eso se trata. Soy mucho más que sólo abogada y sin duda mucho más que sólo atleta. La realidad es que todas mis facetas se retroalimentan.

Hice gimnasia artística desde los 4 hasta los 18 años. Me federé a los 6 años en la Federación Metropolitana de Gimnasia y, desde entonces, no conozco otra forma de hacer deporte que no sea el alto rendimiento. La disciplina y la perseverancia me mantuvieron en una fase competitiva hasta que entré a la Universidad. Esa misma disciplina que me enseñó la gimnasia fue la que apliqué para recibirme de la carrera en tiempo y forma, mientras militaba. La política me dio habilidades blandas y de liderazgo que he sabido complementar con el mundo del derecho.

La garra, la organización y la proactividad es lo que traslado hoy a mi faceta de atleta. Y esa fuerza, esa agresividad controlada que saco entrenando, es la que también me permite plantarme con seguridad en mi vida profesional.

Descubrí, después de varias crisis y reflexiones, que no soy la suma de mis partes peleando por un solo espacio, sino que soy el todo aplicado intensamente a canchas muy diferentes.

Multifacética es la palabra. Al punto tal que me creo una esponja: absorbo conocimiento. Creo que el saber es poder y si hay algo que no tiene límites es la capacidad que tiene nuestra mente.

Soy inquieta, divertida, simpática (selectiva). Soy auténtica: lo que muestro es lo que soy. A veces soy necia y me paso de honesta y de directa. Soy confianzuda y muy leal con los míos. Soy MUY mal hablada y me encanta serlo.

Me hice desde abajo y yo sola. Me caí muchísimas veces, me choqué contra la pared un par de veces más, perdí vínculos por cabeza dura y, a fuerza de cada experiencia, aprendí a levantarme. Hoy me siento en equilibrio.

Cuando tenía 24, un referente intentando convencerme de quedarme en su espacio me dijo para complacerme: “el límite es el cielo”. En ese momento me sentí casi estafada, porque sabía que “el cielo” dependía de él. Pero hoy, estoy de acuerdo. El límite es el cielo, porque yo soy la que tiene el mando.

Soy una mujer con un estilo de vida saludable, muy organizada y estratégica. Creo que se me da bien transmitir ese aspecto de mi vida, y por eso también vos estás acá leyendo esto. (Dato de color: mi diseño sonoro me describe como un “alma comunicadora”, pero ya hablaremos de esta experiencia más adelante).

Soy Leonina. Y soy una convencida de que, en un mundo digital donde todo parece perfecto, mostrarse real es un signo de disrupción y ese es mi gran objetivo. Este 2026 tengo en la cabeza muchos proyectos para que el mensaje haga ruido en un mundo lleno de eco, pero vacío de contenido. 

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