¿Por qué no escribís para vos?
Eso fue lo que me dijo Ela, mi terapeuta, cuando le conté sobre el último proyecto que quería llevar adelante. Su pregunta me quedó resonando toda la semana.
Siempre me consideré una persona con la capacidad de sacar el potencial de otros. Me sale natural, es casi inexplicable. Como si en mi cabeza se hiciera un mapa de las virtudes del otro y cómo explotarlas al máximo. Veo sus puntos débiles y me es fácil ayudar a que los fortalezcan. Las ideas se me ordenan solas y tengo ese impulso por hacer que el otro crezca sobrepasando sus límites (límites que solo existen en su cabeza).
Ahora bien, casa de herrero cuchillo de palo, eso dice el dicho. Conmigo misma la situación es distinta. Sé de dónde viene esa exigencia (quedará para la próxima parte) pero la sensación es que nunca va a ser lo suficientemente bueno.
Los estándares altos, la exigencia al máximo y esa idea de que siempre puede ser mejor. Entonces, con las cosas que son para mí, me quedo en ese loop de nunca acabar. Puede ser mejor, pero es tan utópica esa idea de perfección y tan alta la vara que me pongo a mi misma, que lo único que sucede es que simplemente que no es.
Y no fue. Hasta HOY. Tomé aire, me miré al espejo y dije: “NO IMPORTA SI NO ES PERFECTO. ES LO QUE QUERÉS. TE HACE BIEN, TE GUSTA. Ya lo estás haciendo y es para vos. ¿Qué importa lo que piensen los otros? ”
Así que, después de mirarme fijo, acá estamos. A corazón abierto de una forma muy distinta de lo que se estila ahora con la idea de que, juntos, podamos retomar el hábito de la lectura, algo que perdimos entre tanto scroll pero que necesitamos para conectar de verdad.
Espero que hayas llegado al final. Este piloto será corto porque quiero que te quedes con ganas de más.
Acá voy a volcar mi hoja de ruta. Te comparto este diario con la esperanza de conectar y para que puedas conocer mis pensamientos más profundos, mis miedos, mis logros, mis fracasos y, fundamentalmente, mis aprendizajes.
Para que puedas ver a la persona detrás de la atleta, detrás de la influencer, todo el lado B que nadie se atreve a mostrar pero que existe. Para que sepas que sea que quieras competir o simplemente transformar tu cuerpo o tu estilo de vida, no estás sola. Estamos. No sos la única que se frustra y no todo es tan perfecto como te lo quieren hacer creer.
Mi gran objetivo: conectar desde la autenticidad y aportar mi granito de arena para tu crecimiento.
con mucho amor 🌷
